¿Por qué las enfermeras han abandonado la asistencia?

Hola a todos :)

Empiezo esta nueva aventura como enfermera docente y abro este blog para contar mi camino por esta rama de la enfermería. 

Pero, habrá que empezar por el principio, ¿Por qué abandono la enfermería asistencial?

Dicen por ahí que la pandemia del covid solo ha acelerado en algunos compañeros lo que ya llevaban meditando desde hace bastante tiempo: Dejar la enfermería asistencial.

Para una profesión como la nuestra, en que lo vocacional lo puede todo, es difícil asumir que quieres dejar un trabajo que te apasiona por las condiciones laborales que tiene.

La enfermería es maravillosa, todos los que nos dedicamos a ello lo sabemos. Y volviendo a la vocación, sabemos que hemos aguantado “por encima de nuestras posibilidades” por esto mismo.Nos encanta cuidar, estar al lado del paciente y aunque hemos llorado mucho, sabemos que es un trabajo super gratificante. Pero, ¿por qué no nos compensa?

A raíz de una publicación de @SantanaYeray en twitter que decía: "Enfermeras que abandonan el hospital y el trabajo como enfermera. ¿A qué fase de la pandemia corresponde?" me animé a contarle mi caso y cuando ves las respuestas al tweet te das cuenta que hay muchos compañeros en la misma situación. 

En mi opinión,el desgaste empieza ya desde el primer día de trabajo. A raíz de otro hilo (creo que twitter serviría como experimento sociológico) de @davidplenur donde preguntaba qué tal nuestro primer contrato como enfermeras, quedó patente lo que muchos comentamos también fuera de las redes sociales: la mayoría de los primeros contratos son sin experiencia ninguna en el servicio (a pesar de que has estado desde primero de carrera en diferentes servicios y la administración podría tener eso en cuenta), con compañeros que se les ha olvidado que alguna vez tuvieron un primer día en un hospital y ya allí aprendes que, como eres nuevo en el servicio, tendrás que estar a disposición para cubrir turnos que no te corresponden ,con la promesa de que ya te devolverán tus días libres en algún momento o si no, que ya te los pagarán a precio de risa.

Y desde ese día te das de bruces con la realidad, tu que creías que venias a aportar algo nuevo al sistema sanitario, a hacer cuidados basados en la evidencia y el ratio de pacientes que tienes te hace darte cuenta que, como mucho, puedes decir buenos días al entrar en la habitación.  Pasas de querer aportar unos cuidados completos y atendiendo a todas las esferas del paciente a pensar a cómo vas a sobrevivir este turno.

Desde mi experiencia, y después de siete años dedicándome a la enfermería asistencial he dicho lo que dijo mi abuela cuando tomó la decisión más valiente de su vida: "Hasta aquí hemos llegado".

Estoy rozando los treinta años y pienso en lo que me vendieron de esta "generación millennial"en la que nos íbamos a comer el mundo y, claro, las altas expectativas te acaban frustrando. Y, digo yo, ¿Son altas expectativas querer un ratio adecuado de enfermera/paciente? ¿Querer trabajar todo el año y no solo en verano y navidades?¿Aceptar cualquier contrato en un servicio que no conoces porque si no te sancionan un año y medio sin trabajar? Igual es que nos estamos confundiendo...

He pasado por estudiarme un EIR, trabajar en una residencia de ancianos  con doscientos pacientes a mi cargo y con dos auxiliares de enfermería que se dejaban la piel en cada turno,un primer contrato en la sanidad pública en el que me prometieron todo el verano y acabé firmando cada quince días ( y una de las quincenas no trabajé porque mi contrato se lo dieron a la hija de la supervisora), donde unas "compañeras" me hicieron los turnos imposibles por ser "la nueva" y hasta dudar si quería dedicarme a la enfermería.

He trabajado en cuatro comunidades autónomas (Madrid, ,Castilla La Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana) y he pasado por atención primaria, especializada, servicios especiales, residencias de ancianos y hospitales privados. Más de cincuenta contratos firmados, que sinceramente me parecen pocos con todas las vueltas que he dado, y que compañeros en mi mismas circunstancias puede ser que tengan el doble o más.

Aun así, considero que he tenido suerte porque no he tenido que emigrar a otro país,como la mayoria de mis compañeros de promoción. He podido trabajar de lo que me gusta  y, a pesar de las vueltas, de vivir pegada al teléfono esperando una llamada de la bolsa, de las mudanzas, los nuevos comienzos constantes e ir a cualquier sitio donde necesitaran una enfermera;he encontrado compañeros maravillosos dispuestos a ayudar, pacientes agradecidos y una mochila llena de vivencias que me hacen ser lo que soy hoy. 

Además, la mayor parte de mi vida laboral la he pasado en atención especializada, y algunas veces, hasta he repetido en el mismo servicio (aunque he de decir que creo que es porque ya he pasado por todas las plantas de hospitalización posibles).

Con esto, quiero decir, que van pasando los años y que te cansas de seguir siendo solo un número, de los ratios, las sanciones, la inestabilidad y la poca valoración que tiene esta profesión.

Y, por la parte que me toca, mis circunstancias personales y algunos problemas de salud constantes que me confirmaron que eran del trabajo,me hicieron replantearme si esta era la vida que yo quería llevar, a pesar de encantarme esta profesión. 

Con este post, solo quiero exponer que mi situación no es excepcional ni única. Ni que haya sido la peor, ni mucho menos. Pero es el pensamiento de la mayoría de compañeros que no se ven "aguantado" mucho más a pie de cama. Y que si antes del covid las condiciones pésimas ya eran un secreto a voces, ahora esto ha terminado de abrirnos los ojos.

Si has llegado hasta aquí gracias, aunque no lo creas, no voy a montar un motín en cualquier hospital de España (que ganas no me faltan y seguro que acompañantes tampoco), pero no, vengo a arrojar un rayo de luz después de todo esto que he contado.

Dejo la enfermería asistencial, si, pero me voy a la enfermería docente. 

En algún momento de la carrera, uno de los mejores profesores que he tenido,comentó que la enfermería tenía muchas salidas: asistencial, docente, gestión,investigadora…Y que la mayoría por vocación (voy a acabar odiando esta palabra,si es que no la odiaba ya referida a la enfermería) se dedicaba en exclusiva al trabajo asistencial pero que se necesitaban enfermeras que investigasen, que era imprescindible que hubiera enfermeros docentes para que enseñaran el amor por la profesión desde las aulas y unos conocimientos actualizados. "Y cuando pasen los años, os acordareis de estas palabras." ¿Creéis que debería mandarle este post? 

En estos dos últimos años ya me estaba planteando meter la cabeza de lleno en la docencia, he estado formándome con compañeros que admiro. Como, Elena de  @urgenciasyemergencias que es una crack en esto de impartir cursos y la admiro mucho.

Me empezó a enganchar la docencia, a la vez que la enfermería asistencial se me hacía más cuesta arriba. Mis compañeros decían que tenía cualidades ( se ve que lo de hablar hasta debajo del agua es una cualidad para ser profe y yo no lo sabía 😉) y que intentará  abrirme otro camino más.

Y, aquí estoy, tras una pandemia mundial he terminado el máster del profesorado( lo que comúnmente se conocía como el CAP) y ya puedo dar clase a formación profesional. 

Primero pensé, ¿qué tengo que enseñar yo a otros profesionales sanitarios? Si en cada servicio que he estado me han enseñado a mi, por poner un ejemplo, las compañeras auxiliares (santa paciencia tuvieron conmigo el día que empecé en urología o en cirugía torácica) y te das cuenta, que si, que se puede enseñar a traves de la experiencia a pie de cama, contenidos actualizados y que hay otras maneras de enseñar que no son las clases magistrales.

En septiembre, empiezo en un instituto a dar formación profesional a distintos ciclos sanitarios.

¿Queréis que os cuente esta nueva experiencia?

Gracias por leerme.

Estefania.